Índice de Innovación Global 2024: implicancias y desafíos para Chile
EDUARDO BITRAN Académico Universidad Adolfo Ibáñez, Director Espacio Público
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Eduardo Bitran
Diversos estudios muestran que más de dos tercios de la diferencia en ingreso per cápita entre las naciones se explica por la Productividad Total de Factores (PTF). Esto es importante para Chile, ya que van más de 20 años en que la tasa de crecimiento de la PTF viene en franca declinación o con crecimiento negativo. El crecimiento de la PTF se explica por la eficiencia en la asignación de recursos entre sectores y empresas y el aumento de la productividad empresarial, ya sea por la innovación de empresas establecidas y/o el ingreso y rápido crecimiento de empresas innovadoras.
Dada la importancia de recuperar el crecimiento de largo plazo de la economía chilena y el rol preponderante que juega el crecimiento de la PTF es relevante analizar algunos desafíos que muestra el recientemente publicado Índice Global de Innovación 2024, elaborado por la Organización Mundial de Propiedad intelectual (OMPI). Chile ocupa el lugar 51 entre 133 países y por segundo año consecutivo pierde el liderazgo que tenía en América Latina, frente a Brasil. Los cambios más importantes respecto a años anteriores son, principalmente, el deterioro del ambiente institucional económico, la calidad de la gestión pública y su impacto en la facilidad y riesgos para realizar negocios.
“Chile se ubica entre los países con un índice consistente con su nivel de ingreso per cápita, pero entre los países innovadores ineficientes. Es preocupante, ya que los insumos para la innovación, son de los más bajos de la OCDE”.
Chile aparece entre los países con un índice consistente con su nivel de ingreso per cápita, pero entre los países innovadores ineficientes. Esto es, aquellos en que la transformación de insumos para la innovación es baja en resultados, incluso inferior a varios países latinoamericanos. Esto es preocupante, ya que los insumos para la innovación, tales como inversión en investigación y desarrollo (I&D) son de los más bajos de la OCDE. Esto en parte se explica por el pobre resultado en la vinculación entre investigación y negocios, ubicados en el lugar 85. En particular, se obtiene un mal desempeño en la colaboración en investigación entre universidades y negocios, en el desarrollo de consorcios de I&D y de clusters en que se colabore en innovación. En este ámbito, existe un potencial de mejoramiento relevante, ya que en el indicador destaca la calidad de las principales universidades chilenas y la productividad científica. Existe evidencia de que hay una barrera cultural y de falta de incentivos a innovar en las empresas y en la academia.
Uno de los peores resultados (lugar 88) se obtiene en sofisticación de la producción y el desarrollo de exportaciones de bienes y servicios con significativo contenido tecnológico. Sin embargo, este indicador no incorpora las tendencias de los últimos dos años que muestran crecimientos promedios anuales cercanos a 50%, pudiendo alcanzar hasta US$ 3 mil millones en 2024, lo que lo posicionaría entre los principales sectores exportadores del país.
Fortalecer la vinculación entre investigación y negocios, con foco en transformación digital y sostenibilidad de los sectores exportadores y desarrollo de servicios tecnológicos globales con un esfuerzo de formación y reentrenamiento de la fuerza de trabajo es un camino auspicioso que permitiría retomar un crecimiento del ingreso per cápita que nos alimente la expectativa de llegar al desarrollo en un futuro cercano.